Resumen Ejecutivo

Las Perspectivas Locales sobre la Diversidad Biológica presentan los puntos de vista y experiencias de los pueblos indígenas y las comunidades locales en relación con la crisis socio-ecológica actual, y sus contribuciones al Plan Estratégico para la Diversidad Biológica del Convenio sobre la Diversidad Biológica. La primera edición (PLDB-1)fue publicada en 2016 como complemento de la cuarta edición de la Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica (PMDB-4) y se ha convertido en una fuente clave de pruebas acerca de las acciones y contribuciones de los pueblos indígenas y de las comunidades locales para el logro de los objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).

2a Parte Progreso durante el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica 2011-2020: mensajes clave sobre el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica y las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica desde las perspectivas de los pueblos indígenas y las comunidades locales

Objetivo estratégico A

Abordar las causas subyacentes de la pérdida de diversidad biológica mediante la incorporación de la diversidad biológica en todos los ámbitos gubernamentales y de la sociedad

Mensaje clave

Las cosmovisiones que separan la naturaleza y la cultura son una causa subyacente de la pérdida de la diversidad biológica, ya que las culturas condicionan los comportamientos y enmarcan las relaciones de las personas con otras personas y con el mundo natural. Los sistemas de valores holísticos y diversos y las formas de vida de los pueblos indígenas y las comunidades locales en todo el mundo ofrecen visiones culturalmente distintivas de futuros sostenibles alternativos que deben ser entendidos, respetados y protegidos a lo largo de todos los sistemas del gobierno, la economía y la sociedad. Sin embargo, las culturas de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y la rica biodiversidad asociada de sus tierras, continúan siendo erosionadas y desplazadas por los sistemas dominantes de producción y consumo insostenibles que están destruyendo la biodiversidad del planeta.

Recomendaciones

Al abordar las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica, los pueblos indígenas y las comunidades locales, los gobiernos, las organizaciones de conservación y otros actores deben:

  • Promover enfoques holísticos que vinculen la naturaleza y la cultura dentro de los sistemas socio-ecológicos integrados.
  • Apoyar la revitalización cultural y el intercambio intercultural.
  • Involucrar a los pueblos indígenas y las comunidades locales en los procesos de toma de decisiones a nivel local, nacional y mundial, defendiendo la seguridad de la tenencia de la tierra, los conocimientos locales e indígenas y el pleno respeto de los derechos individuales y colectivos.
  • Desarrollar un nuevo marco de políticas para la producción y el consumo sostenibles que permita el aumento inmediato de las economías locales sostenibles.

Objetivo estratégico B

Reducir las presiones directas sobre la diversidad biológica y promover la utilización sostenible

Mensaje clave

Los hábitats naturales, las plantas y los animales, y los beneficios que las personas reciben de la naturaleza están disminuyendo a un ritmo alarmante, en gran medida como resultado directo de la expansión de los agronegocios y las industrias extractivas impulsadas por el actual paradigma de crecimiento económico. Su disminución es más lenta en las tierras, las aguas y los territorios de los pueblos indígenas si se compara con otros lugares, como resultado de su gobernanza, valores y prácticas, pero aun así siguen estando bajo una gran presión. En mucho países, los pueblos indígenas y las comunidades locales son actores centrales en la agricultura, la pesca, la acuicultura y la silvicultura sostenibles, y los cuidadores y guardianes de los hábitats. Se requiere una transformación radical en la gobernanza, convirtiéndola en una que reconozca plenamente el papel de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, y su contribución a la protección de los ecosistemas, ambos aun no suficientemente documentados y subestimados en la actualidad.

Los pueblos indígenas y las comunidades locales poseen y manejan por lo menos el 50 por ciento de la superficie terrestre del mundo. Muchos de ellos se encuentran trabajando en foros de políticas y sobre el terreno para defender sus territorios, manejar sus recursos de manera sostenible y combatir la contaminación, las especies exóticas invasoras y los impactos del cambio climático. Sin embargo, sus tierras y aguas, y la biodiversidad que contienen, se encuentran bajo amenazas directas por parte del desarrollo a escala industrial y las incursiones ilegales. Los pueblos indígenas y las comunidades locales que trabajan para contrarrestar estas amenazas y conservar sus tierras están pagando un alto precio por hacerlo. En efecto, se enfrentan a una intimidación, criminalización y violencia cada vez mayores, incluyendo el asesinato de lideresas y líderes comunitarios.

Recomendaciones

  • Los gobiernos y otros actores deben apoyar a los pueblos indígenas y las comunidades locales para que protejan sus tierras, aguas, territorios y la biodiversidad mediante la aplicación de un enfoque basado en los derechos que incluya, entre otras cosas:
    • Medidas para garantizar la tenencia consuetudinaria de las tierras y aguas y defender sus derechos.
    • Salvaguardias efectivas para los defensores ambientales.
    • El apoyo para una mayor participación de los pueblos indígenas y las comunidades locales en los foros de políticas pertinentes.
    • La armonización de los aspectos pertinentes del derecho y las políticas internacionales y nacionales.
    • La tolerancia cero de las violaciones de derechos humanos.
  • Se deben mejorar las estadísticas nacionales y mundiales sobre las contribuciones de los pequeños productores, incluyendo los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Se deben tomar medidas fiscales innovadoras para apoyar las economías locales sostenibles.
  • Se debe aumentar la rendición de cuentas de las industrias responsables de la contaminación y los daños ambientales.
  • Se deben aumentar el apoyo y los recursos para las contribuciones importantes de los pueblos indígenas y las comunidades locales que permitan hacer frente a las causas directas de la pérdida de la biodiversidad, basados en el conocimiento y las prácticas indígenas y locales.

Objetivo estratégico C

Mejorar la situación de la diversidad biológica salvaguardando los ecosistemas, las especies y la diversidad genética

Mensaje clave

Los pueblos indígenas y las comunidades locales se encuentran en la primera línea salvaguardando la diversidad genética, la diversidad de las especies y la diversidad de los ecosistemas. Una alta proporción de ecosistemas ricos en biodiversidad, incluidas muchas especies amenazadas, se encuentran gobernados por regímenes consuetudinarios o comunitarios. Más aún, los pueblos indígenas y las comunidades locales también manejan y mejoran la diversidad genética, especialmente en sus muy diversos sistemas agroecológicos de producción.

Se requiere un cambio conceptual que vaya desde la “conservación como objetivo” de las intervenciones externas en áreas aparentemente “naturales” sin influencia humana, hacia la comprensión de que los resultados de una alta conservación se derivan de las relaciones continuas culturalmente arraigadas entre los seres humanos y la naturaleza, como lo ponen de manifiesto los pueblos indígenas y las comunidades locales en sus tierras, territorios y recursos. Por lo tanto, se necesita una transformación radical de los enfoques actuales de conservación que excluyen y enajenan a los pueblos indígenas y las comunidades locales, a unos enfoques colaborativos basados en los derechos que apoyen y promuevan la conservación dirigida por las comunidades y el uso consuetudinario sostenible, y que celebren las relaciones mutuas entre la naturaleza y la cultura.

Recomendaciones

  • Los gobiernos, las agencias de conservación y los actores pertinentes deben promover y apoyar la transformación de la conservación hacia:
    • El reconocimiento y la priorización de un mosaico ecológico complejo y enriquecido que ofrecen las tierras y territorios de los pueblos indígenas y las comunidades locales, con resultados de alta conservación que surgen de enfoques culturalmente arraigados.
    • Enfoques colaborativos basados en los derechos que apoyen y promueven las formas de vida comunitaria que enriquecen las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza.
    • Un enfoque cualitativo sobre la gobernanza buena y justa, la justicia y la equidad, en lugar de un enfoque de expansión cuantitativa de las áreas protegidas y conservadas.
  • Todos los actores deben reconocer y respetar a los pueblos indígenas y las comunidades locales como titulares de derechos, y respetar y apoyar su relación especial y distinta con la tierra, las aguas, los territorios y recursos.
  • Deben promulgarse medidas legales apropiadas para el reconocimiento de los territorios y la libre determinación de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Debe aumentarse el apoyo a la conservación dirigida por la comunidad.
  • Los derechos humanos y la equidad deben mantenerse y respetarse en todas las formas de conservación.
  • Todos los actores deben incorporar la protección de las especies, incluso en los paisajes de producción y los hábitats bioculturales, y trabajar con los pueblos indígenas y las comunidades locales para proteger y mejorar la diversidad genética, incluso en los sistemas alimentarios locales.
  • Todos los actores deben comprometerse a una coordinación y cooperación mucho mayor en todas las escalas y jurisdicciones para salvaguardar la diversidad genética, la diversidad de las especies y la diversidad de los ecosistemas.

Objetivo estratégico D

Aumentar los beneficios de la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas para todos

Mensaje clave

Para los pueblos indígenas y las comunidades locales, los ecosistemas y los hábitats que proporcionan “servicios esenciales” son sus tierras, territorios, aguas y recursos, los cuales apoyan los medios de vida y satisfacen las necesidades espirituales y culturales. Guiados por la ética cultural de los pueblos indígenas y las comunidades locales de mantener relaciones armoniosas entre los seres humanos y la naturaleza, las tierras y los territorios colectivos también juegan un papel fundamental para el bien común al almacenar carbono, desarrollar la resiliencia de los ecosistemas y mitigar el cambio climático y adaptarse a él. Sin embargo, en el marco de los sistemas económicos y de valores actuales, dichas tierras siguen siendo usurpadas y degradadas por intervenciones para privatizar y mercantilizar estos recursos. El conocimiento indígena y local es particularmente valioso para la restauración ecológica y el fomento de la resiliencia, pero sigue siendo infravalorado y a menudo se descuida en los programas de restauración ecológica. La implementación nacional del Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización debería fomentar corrientes más amplias de distribución de beneficios para los pueblos indígenas y las comunidades locales, en función de sus relaciones consuetudinarias con sus tierras, territorios y recursos y el manejo de los mismos, incluso provenientes de las semillas, los recursos genéticos y biológicos y el biocomercio.

Recomendaciones

  • Los gobiernos deben cumplir con sus obligaciones de: respetar y proteger los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales a sus tierras, aguas y recursos; respetar y priorizar sus valores culturales, incluso en relación con los sitios sagrados y las especies culturalmente importantes; y promover la salud, los medios de vida y el bienestar, especialmente para las mujeres, los pobres y los vulnerables.
  • Los gobiernos deben aumentar el reconocimiento y la financiación accesible y equitativa de las medidas adoptadas por los pueblos indígenas y las comunidades locales para la protección de los ecosistemas, el secuestro de carbono, la restauración y el fomento de la resiliencia, reconociendo plenamente el papel de los conocimientos indígenas y locales.
  • Se deben desarrollar marcos de distribución equitativa de los beneficios para recompensar a los pueblos indígenas y las comunidades locales por su conservación y su gestión y utilización consuetudinaria sostenible de la diversidad biológica mediante asociaciones y colaboraciones.

Objetivo estratégico E

Mejorar la aplicación a través de la planificación participativa, la gestión de los conocimientos y la creación de capacidad

Mensaje clave

Los pueblos indígenas y las comunidades locales contribuyen de manera sustancial a los tres objetivos del Convenio, mediante su conocimiento tradicional, su utilización sostenible y sus acciones colectivas. Si bien su papel ha empezado a ser reconocido en los procesos mundiales, sigue siendo muy pobremente reconocido en las Estrategias y Planes de Acción Nacionales de Biodiversidad (EPANB). Además, en la mayoría de los países aún no se han desarrollado mecanismos para la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales a nivel local y nacional. Los sistemas de monitoreo e información basados en la comunidad (CBMIS, por sus siglas en inglés) son herramientas efectivas para resaltar las necesidades y prioridades locales, hacer visibles las contribuciones de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y proporcionar datos e información concretos acerca de la implementación de los compromisos de política mundiales y nacionales sobre el terreno.

Recomendaciones

  • Los gobiernos deben establecer mecanismos nacionales y subnacionales para permitir la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales en las estrategias y planes de acción nacionales, y para incorporar el conocimiento tradicional, el uso sostenible consuetudinario y la distribución equitativa de los beneficios.
  • Se debe aumentar el apoyo institucional y la financiación directa a largo plazo, en consonancia con las necesidades identificadas por los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Se deben fortalecer los vínculos entre los diversos sistemas de conocimiento a lo largo de las plataformas de monitoreo e informes mundiales, nacionales y locales, incorporando indicadores relevantes sobre las tendencias en el conocimiento tradicional y el bienestar de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Los sistemas nacionales y mundiales de datos y presentación de informes deben generar datos desglosados sobre la situación de los pueblos indígenas, las comunidades locales, las mujeres, los jóvenes y los grupos marginados, incluso mediante el apoyo y la financiación de sistemas de monitoreo e información basados en la comunidad complementarios realizados por los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Las medidas y salvaguardias ambientales, sociales y culturales sólidas ben ser integradas en todos los procesos de movilización de recursos.

3ᵃ Parte: Diversidad biológica, clima y desarrollo sostenible

Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reúne la conservación de la biodiversidad, el cambio climático y el desarrollo sostenible bajo una misma agenda universal, pero en muchos países todavía se implementan y se consideran en núcleos separados. Los pueblos indígenas y las comunidades locales seguirán siendo afectados de manera desproporcionada si no se cumplen las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No obstante, estos objetivos pueden empoderar a los pueblos indígenas y las comunidades locales para superar la vulnerabilidad y la exclusión a través del poder propio de sus acciones colectivas y el desarrollo libremente determinado, y por medio del apoyo de los gobiernos. Los pueblos indígenas y las comunidades locales hacen contribuciones distintivas para cumplir los objetivos mundiales de una manera integrada y holística. Colocarlos en el centro de la implementación ofrece una triple ventaja, al unir el cumplimiento de los derechos humanos y el bienestar, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y el mantenimiento de los ecosistemas naturales para manejar el cambio climático. Los indicadores sobre los derechos y el bienestar de los pueblos indígenas y las comunidades locales constituyen medidas importantes para medir el progreso existente en ejecutar la agenda mundial para el cambio.

La diversidad cultural es una fuente creativa y un facilitador del desarrollo sostenible. La cultura proporciona a los pueblos y comunidades un fuerte sentido de identidad y cohesión social. Las políticas que responden a los contextos culturales pueden generar mejores resultados de desarrollo sostenible, inclusivo y equitativo. El progreso en el cumplimiento de la promesa de que «nadie debe quedarse atrás» requiere marcos de monitoreo sólidos que involucren a aquellos que experimentan más directamente la exclusión social y la discriminación estructural.

El Navegador Indígena es una herramienta de monitoreo participativo que permite a los pueblos indígenas generar datos sobre las tendencias en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en el desarrollo, analizar su situación, y desarrollar las estrategias necesarias para abordar sus preocupaciones. También les permite dar seguimiento a la implementación de los instrumentos de política internacional, incluidos los ODS, y los equipa para exigir la rendición de cuentas por parte de los Estados, comprometerse con confianza con los partes interesadas clave y exigir un cambio en las políticas. Hasta la fecha, las experiencias de las comunidades indígenas de 11 países se han recopilado a través del Navegador Indígena. La vida de los ecosistemas terrestres (ODS 15) se destaca como la prioridad de los pueblos indígenas y las comunidades locales, junto con la lucha contra la pobreza (fin a la pobreza, ODS 1), la reducción de las desigualdades, incluso en relación con el género (ODS 10 y 5), la educación de calidad (ODS 4), y la buena salud y bienestar (ODS 3). La falta de ciudadanía, el reconocimiento legal y las medidas de protección sociales para los pueblos indígenas fueron destacadas como barreras limitando la participación de los pueblos indígenas en los ODS.

Recomendaciones

  • Los gobiernos y los actores pertinentes deben colaborar conjuntamente para desarrollar los EPANB y las contribuciones relacionadas con el clima determinadas a nivel nacional e integrarlas en los planes de desarrollo, para garantizar las sinergias entre la biodiversidad, el clima y el desarrollo sostenible.
  • Los gobiernos y otros actores deben reconocer los derechos y aplicar los principios democráticos en todos los niveles para asegurar los beneficios en toda la sociedad mientras trabajan para abordar los desafíos relacionados con el desarrollo, la diversidad biológica y el cambio climático.
  • Los pueblos indígenas y las comunidades locales deben seguir ampliando los sistemas de monitoreo e información basados en la comunidad, creando una base de evidencia y luchando por una mayor transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles.
  • Los pueblos indígenas y las comunidades locales también deben ampliar las acciones individuales y colectivas, basándose en el conocimiento intergeneracional en la resolución creativa e innovadora de problemas. También deben promover la comprensión de los vínculos entre la naturaleza y la cultura, y entre lo local y lo mundial.
  • Todos los actores deben desarrollar asociaciones para la generación del conocimiento y para obtener resultados sostenibles y equitativos, incluso por medio de:
    • Un mayor reconocimiento del valor que tiene el conocimiento indígena y local junto con el conocimiento científico.
    • La investigación participativa.
    • La educación para el desarrollo sostenible.
    • El uso de tecnologías apropiadas e innovadoras.
    • La creación de plataformas de conocimientos de múltiples actores.

4ᵃ Parte: Transiciones hacia una vida en armonía con la naturaleza

“La naturaleza necesita medidas urgentes. Necesitamos actuar ahora para proteger nuestra biodiversidad. No podemos perder más tiempo. El reconocimiento de nuestros derechos para gobernar nuestros propios territorios y practicar nuestro conocimiento contribuye a la resiliencia de la comunidad y los ecosistemas. Como guardianes y defensores de la Madre Tierra, instamos a todos los gobiernos a actuar en nombre de la diversidad biológica. Véannos como la parte más valiosa de la solución y trabajen junto con nosotros hacia una nueva relación con la naturaleza, una que sane y se mantenga para todas nuestras generaciones futuras».

— Declaración del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad, febrero 2020, Roma (traducción no oficial)

Los pueblos indígenas y las comunidades locales y la diversidad biológica se encuentran amenazados

Los pueblos indígenas y las comunidades locales están experimentando de manera aguda la pérdida de la diversidad biológica y cultural. Estas pérdidas provienen de los sistemas mundiales insostenibles de valores, conocimientos, gobernanza, producción, consumo, tecnología, economía, incentivos y comercio, todos ellos sustentados por un poder de toma de decisiones desigual en lo que respecta al futuro de la naturaleza y los pueblos. Las raíces de estos problemas residen en la visión prevaleciente de los seres humanos como separados de la naturaleza y en los sistemas de valores que favorecen los intereses individuales y la obtención de beneficios. La naturaleza se considera un recurso económico que debe explotarse y su degradación se trata como una externalidad de la economía dominante.

Las reformas en la gobernanza son una parte crítica de la solución. La toma de decisiones dominada por las élites y los poderosos intereses creados suele estar vinculada a la corrupción sistemática y a las distorsiones del régimen democrático, dejando atrás a grandes partes de la sociedad. Los incentivos y subsidios están dirigidos primariamente hacia el crecimiento de la producción no sostenible y los patrones de consumo, incluso a través de sistemas alimentarios agroindustriales que con demasiada frecuencia dan lugar a alimentos y dietas poco saludables. Las crisis de la diversidad biológica, el cambio climático y el desarrollo son en parte una consecuencia directa de esos factores.

La invasión y la perturbación de los ecosistemas naturales y las prácticas agrícolas industriales actuales también han dado lugar a oportunidades sin precedentes para una mayor prevalencia de múltiples enfermedades zoonóticas, incluidos los coronavirus, entre los cuales se encuentra el COVID-19. La pandemia mundial de COVID-19 ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades y la falta de resiliencia de los sistemas de salud humana, afectando simultáneamente los sistemas económicos y comerciales, los sistemas financieros, los sistemas alimentarios y los sistemas sociales y políticos. Estos problemas sistémicos e interrelacionados exigen soluciones conjuntas que no se limiten a enfoques de “normalidad”, desafiando a la humanidad a replantearse y renovar urgentemente nuestras relaciones sociales y culturales entre nosotros y con la naturaleza.

Las transiciones de la naturaleza y la cultura hacia la visión 2050

Los valores, las formas de vida, el conocimiento, la gobernanza de los recursos y los sistemas de gestión, las economías y las tecnologías de los pueblos indígenas y las comunidades locales tienen mucho que ofrecer para hacer frente a estas crisis y para reinventar los diversos sistemas mundiales que pueden ofrecer visiones compartidas de solidaridad y de que «nadie debe quedarse atrás». Los pueblos indígenas y las comunidades locales proponen cambios hacia relaciones más equilibradas dentro de las sociedades y con la naturaleza a través de seis transiciones clave:

  • Transiciones culturales hacia diversas formas de saber y de ser.
  • Las transiciones de tierras para asegurar la tenencia consuetudinaria de las tierras de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Transiciones de la gobernanza hacia la adopción de decisiones inclusivas y el desarrollo libremente determinado.
  • Transiciones financieras e incentivos para recompensar soluciones efectivas basadas en la cultura.
  • Transiciones económicas hacia el uso sostenible y las economías locales diversas.
  • Transiciones alimentarias hacia la revitalización de los sistemas alimentarios indígenas y locales.

Cada una de estas transiciones aborda las cuestiones urgentes específicas y contiene sus propias dinámicas, pero se encuentran sistemáticamente vinculadas unas con otras. De hecho, ninguna de estas transiciones puede tener éxito por sí sola, y deben tener lugar simultáneamente, y desplegarse de forma que se refuercen mutuamente para maximizar el potencial de transformación. Estas transiciones se han convertido ahora en imperativos para la supervivencia de los pueblos indígenas y las comunidades locales y para asegurar ahora y en el futuro la salud de la biosfera, cuyos límites se han traspasado.

Las transiciones culturales hacia diversas formas de saber y de ser

Se celebran las diversas formas de vivir, de saber y de ser y estar en la naturaleza que tiene la humanidad, promoviendo visiones del mundo y valores plurales a través de nuestros sistemas económicos, políticos y sociales, asegurando así la resiliencia mutua de la naturaleza y de la sociedad. Las diversas culturas de los pueblos indígenas y las comunidades locales informan e inspiran el surgimiento de nuevas narrativas culturales que ubican a la humanidad dentro de un mundo vivo, inteligente y sagrado.

La educación para un desarrollo sostenible es universal y se entiende ampliamente la importancia de la diversidad biológica y los valores culturales. En todas partes la gente tiene información pertinente, conciencia y la capacidad para el desarrollo sostenible y modos de vida que están en armonía con la naturaleza.

La vida en la Tierra ha sido un proceso de coevolución: la diversidad biológica junto a la diversidad humana, creando la diversidad genética, de especies y de ecosistemas. Hoy en día, los sistemas de soporte de vida de la Tierra están disminuyendo rápidamente y todas las inteligencias creativas de la humanidad son necesarias para abordar la crisis del planeta. Los pueblos indígenas y las comunidades locales contemporáneos, cuyas culturas y valores incorporan el conocimiento histórico y las relaciones con tierras y aguas ancestrales, tienen especial importancia en la conservación y restauración de ecosistemas vitales amenazados. Las sociedades modernas pueden aprender de los pueblos indígenas y las comunidades locales acerca de cómo ser parte de los ecosistemas vivientes. También pueden aprender acerca de la participación de los seres humanos en un mundo inteligente y sagrado. Nuevas narrativas y visiones de la cultura y la naturaleza trabajando conjuntamente pueden transformar el actual desequilibrio en las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza.

Entre los avances innovadores en los últimos años se encuentra la inclusión de los conocimientos indígenas y locales junto con los conocimientos de las ciencias, como sistemas complementarios de conocimiento para lograr una comprensión más completa y más rica de la diversidad biológica: sus valores, funcionamiento, estado y tendencias, y las consecuencias de su pérdida a diferentes escalas.

Los componentes clave de la transición incluyen:

  • Promover la diversidad biológica y cultural, la sostenibilidad, las lenguas, los derechos humanos y el patrimonio en los currículos escolares y la educación informal.
  • La transmisión de los conocimientos indígenas y locales en las escuelas, los programas de jóvenes, las campañas de información y educación, los festivales y las celebraciones culturales, los medios de comunicación social y las comunicaciones públicas.
  • Tener interacciones sostenidas entre los sistemas de conocimientos científicos y los sistemas de conocimientos indígenas y locales.
  • La renovación y el intercambio de culturas a través de las artes y los medios de comunicación.
Las transiciones de tierras para asegurar la tenencia consuetudinaria de las tierras de los pueblos indígenas y las comunidades locales

Se aseguran los territorios de vida de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluidas sus distintas relaciones culturales, espirituales y consuetudinarias con sus tierras y aguas y sus contribuciones intrínsecas y vitales al bienestar humano, la conservación de la biodiversidad y la mitigación y adaptación al cambio climático. Las tierras, territorios y recursos colectivos de los pueblos indígenas y las comunidades locales están legalmente reconocidos y protegidos de conformidad con el derecho internacional; se reforman las clasificaciones del uso de la tierra y el registro de la misma para mantener la tenencia consuetudinaria; y se aumenta progresiva y significativamente la cobertura mundial de las zonas conservadas, utilizadas de forma sostenible y restauradas.

Las tierras y territorios colectivos tienen una importancia existencial para la supervivencia continua de los pueblos indígenas y las comunidades locales y la diversidad biológica, y para asegurar beneficios mundiales más amplios. En muchas partes del mundo, las tierras de los pueblos indígenas se están convirtiendo en islas de diversidad biológica y cultural rodeadas de zonas en las cuales la naturaleza se ha ido deteriorando cada vez más. En muchos casos, la diversidad biológica se aumenta y se mejora gracias a los valores y las prácticas indígenas. No reconocer este hecho ni asegurar las tierras, territorios, aguas y recursos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, junto con el alto valor de conservación que contienen, es perder una de las oportunidades más grandes del último decenio para la conservación de la biodiversidad y la promoción del uso sostenible. Una transición hacia la seguridad de los sistemas consuetudinarios de tenencia de la tierra podría tener enormes beneficios para la diversidad biológica.

Los componentes clave de la transición incluyen:

  • Defender los derechos humanos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, las mujeres y los jóvenes, de conformidad con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales.
  • Adoptar y ampliar marcos, mecanismos y medidas concretas de carácter constitucional, jurídico, político e institucional para reconocer y adjudicar de manera adecuada y legal los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales a los territorios, las tierras y los recursos y respetar sus sistemas de tenencia consuetudinaria.
  • Reforma de la gobernanza de la tierra y fortalecimiento de las medidas para garantizar que las empresas cumplan las normas de derechos humanos y ambientales.
  • El fortalecimiento de las instituciones de gobernanza de los pueblos indígenas y las comunidades locales sobre las tierras, territorios y recursos, incluidos el mapeo participativo comunitario, la demarcación y el monitoreo.
  • Transformar las políticas y prácticas hacia enfoques colaborativos basados en los derechos que apoyan y promueven el uso sostenible consuetudinario y la conservación liderada por la comunidad, y que celebren relaciones mutuas entre la naturaleza y la cultura.
  • Invertir en y dar apoyo a las asociaciones que permitan asegurar los derechos colectivos a la tierra, incluido el acceso a la justicia y la mejora de las medidas de rendición de cuentas, la reparación y restitución para hacer frente a las violaciones de los derechos a la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades locales y la protección de los defensores de los derechos humanos relacionados con el medioambiente.
Transiciones de la gobernanza hacia la adopción de decisiones inclusivas y el desarrollo libremente determinado.

Las instituciones de gobernanza “anidadas”, incluyendo a las autoridades de los pueblos indígenas y las comunidades locales, están ejerciendo la toma de decisiones a escalas apropiadas, asegurando enfoques de gobierno y de sociedad plenamente integrados que garanticen el respetos de los derechos , y una amplia variedad de la biodiversidad y los valores culturales. Estas instituciones de gobernanza están mejorando la transparencia y la rendición de cuentas en materia de políticas, jurídicas e institucionales con miras a lograr una mayor equidad, bienestar, sostenibilidad y resiliencia para todos.

Las desigualdades en los sistemas de gobernanza van de la mano con los desequilibrios en los impactos económicos, sociales y ecológicos. Por otro lado, la fragmentación de la toma de decisiones gubernamentales en sectores especializados ha favorecido el crecimiento económico por encima de la salud ambiental y el bienestar social. Las instituciones de gobernanza integradoras, holísticas, transparentes y responsables, que defienden el respeto de los derechos humanos y la distribución equitativa de los beneficios de la naturaleza, serán elementos críticos en la transición hacia resultados justos y sostenibles para las personas y el planeta. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha establecido un programa universal para los gobiernos, las empresas, todos los pueblos, la sociedad civil y todos los ciudadanos, que incorpora los valores universales de los derechos humanos y el compromiso de no dejar a nadie atrás. Esta base de principios impregna todo la agenda de transformación, que abarca las desigualdades mundiales, la diversidad biológica, el cambio climático y los problemas conexos.

Los componentes clave de la transición incluyen:

  • Integrar las estrategias de implementación y los planes de acción nacionales sobre el desarrollo sostenible, la diversidad biológica y el cambio climático, sobre la base de enfoques participativos inclusivos y la adopción de decisiones descentralizadas.
  • Reformar las leyes y políticas para abarcar enfoques plurales y aumentar la equidad, la diversidad y la capacidad de resiliencia.
  • Mejorar los mecanismos de presentación de informes y de rendición de cuentas para evaluar periódicamente las contribuciones de los países y los progresos generales.
  • Empoderar a los pueblos indígenas y las comunidades locales y otros grupos marginados, incluyendo en lo que respecta a la igualdad entre los géneros y la equidad intergeneracional.
  • Consolidar salvaguardias estrictas que garanticen la no violación de los derechos humanos en la implementación de las medidas de desarrollo sostenible y de biodiversidad y cambio climático.
Transiciones financieras e incentivos para recompensar soluciones efectivas basadas en la cultura.

Se da prioridad a los incentivos, incluso el apoyo financiero para las acciones colectivas de los pueblos indígenas y las comunidades locales y las soluciones innovadoras basadas en la cultura; se aplican las salvaguardias ambientales, sociales y de derechos humanos sobre la financiación de la diversidad biológica; y se da fin a los incentivos perversos y dañinos, o se redirigen.

La movilización y la asignación de recursos, tanto monetarios como no monetarios, son elementos clave en la implementación efectiva del Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020. En la actualidad, se dispone de muchos más recursos para las actividades que impulsan la pérdida de diversidad biológica y cultural que para aquellas actividades que las mantienen, refuerzan y revitalizan. Estas actividades incluyen, por ejemplo, centrarse en soluciones basadas en el mercado y soluciones tecnológicas que tienen una mayor probabilidad de generar más daños en lugar de abordar las causas subyacentes y los cambios sistémicos. Ejemplos de tales «soluciones» controvertidas incluyen el comercio de carbono, la geoingeniería, la biología sintética y la genética dirigida. Se necesita un cambio importante en las inversiones, los incentivos y la financiación, incluso en las evaluaciones de la tecnología, para apoyar las actividades, especialmente mediante las acciones colectivas de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y las tecnologías apropiadas que beneficien tanto a la naturaleza como a las personas.

Los componentes clave de la transición incluyen:

  • Reconocer y reflejar plenamente las contribuciones de los pueblos indígenas y las comunidades locales como formas monetarias y no monetarias de movilización de recursos, a través de herramientas adecuadas de supervisión, contabilidad y presentación de informes.
  • Aumentar la financiación dirigida para los pueblos indígenas y las comunidades locales y sus soluciones y actividades basadas en la cultura con miras a la conservación y el uso sostenible, e incluir dichos pueblos y comunidades en los comités nacionales relacionados con la financiación nacional de la biodiversidad.
  • Monitorear e informar acerca de la movilización de recursos para incluir datos desglosados sobre el apoyo mundial, regional y nacional para las acciones colectivas de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Aplicar salvaguardas de financiación de la biodiversidad de manera práctica y concreta, garantizando la inclusión social y el cumplimiento y respeto riguroso de las normas de derechos humanos en todos los procesos de movilización de recursos.
  • Hacer que REDD+ sea más eficaz mediante una planificación temprana, una inversión inicial, la recopilación de datos de referencia y una supervisión rigurosa y generalizada de los impactos.
  • Integrar las evaluaciones de la tecnología en todos los niveles de la política, la planificación y la implementación de la diversidad biológica.
  • Eliminar los incentivos perversos y aplicar incentivos positivos, incluso convirtiendo las respuestas al COVID-19 en oportunidades que permitan reconfigurar la economía hacia la sostenibilidad para las personas y el planeta.
  • Reformar el sector financiero para alinear los flujos financieros con las prácticas sostenibles.
Transiciones económicas hacia el uso sostenible y las economías locales diversas

Los sistemas económicos diversos y a escala humana están prosperando, y dentro de ellos el uso consuetudinario sostenible de los pueblos indígenas y las comunidades locales y otros productores a pequeña escala están contribuyendo a las economías sostenibles y resilientes, y la reducción en los patrones de consumo están garantizando una sociedad sostenible y justa.

La pérdida de la diversidad biológica, el colapso del clima y la intensificación de la desigualdades sociales son las consecuencias de un sistema económico que busca un crecimiento infinito, pero que a la vez depende de recursos finitos. Además, investigaciones recientes destacan que los sistemas actuales de producción agrícola y alimentaria a gran escala y la pérdida continua de hábitats aumentan el riesgo de pandemias de virus, como el COVID-19. Se necesita una transformación radical en los actuales sistemas económicos intensivos en carbono y en los sistemas mundiales de producción y consumo, una transformación hacia una pluralidad de sistemas que incorporen el uso, las prácticas y las tecnologías sostenibles locales.

No existe un plan único para transformar las prácticas insostenibles actuales, pero están surgiendo muchas soluciones, innovaciones, tecnologías y alternativas diversas. Entre ellas, con el reconocimiento y el apoyo adecuados, los sistemas de uso consuetudinario sostenible y de producción en pequeña escala de los pueblos indígenas y las comunidades locales ofrecen múltiples beneficios a todos los niveles para la diversidad biológica, la mitigación y adaptación al cambio climático, y el desarrollo sostenible.

Los componentes clave de la transición incluyen:

  • Descentralizar, diversificar e innovar las economías.
  • Cambiar de economías basadas en los combustibles fósiles a la energía limpia.
  • Reconocer y apoyar, a nivel nacional y subnacional, los papeles, las prácticas y las tecnologías de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
  • Asociarse para implementar el Plan de Acción sobre la Utilización Consuetudinaria Sostenible de la Diversidad Biológica del CDB.
  • Aumentar la rendición de cuentas para las empresas y su transformación hacia prácticas sostenibles, incluso en las cadenas de suministro.
  • Reconocer y apoyar a las mujeres y los jóvenes, que son actores clave en la revitalización y la innovación de las economías sostenibles rurales y locales.
  • Reducir el consumo excesivo y los desperdicios, promover e implementar los principios de las economías circulares, que desvinculan la actividad económica del uso de recursos finitos y promueven el reciclaje y la regeneración del medioambiente.
Transiciones alimentarias hacia la revitalización de los sistemas alimentarios indígenas y locales

Los ecosistemas y las culturas vibrantes aseguran la diversidad genética y las dietas diversas, mejorando la salud, la resiliencia y los medios de vida. Los sistemas alimentarios indígenas y locales revitalizados contribuyen a la seguridad alimentaria local, la soberanía alimentaria y la agroecología, y sustentan una transición agrícola justa.

Los pueblos indígenas y las comunidades locales han nutrido, cuidado y mantenido la diversidad biológica agrícola durante milenios, tanto en lo que respecta a los alimentos y las medicinas como a los valores espirituales, culturales y comunitarios más profundos, en los que las mujeres desempeñan papeles vitales. Los productores a pequeña escala y los agricultores familiares siguen alimentando a la mayoría de la población mundial, y utilizan menos del 25 por ciento de la tierra, el agua y la energía de los combustibles fósiles del mundo. El mantenimiento y la ampliación de la diversidad en la agricultura, los paisajes y los sistemas alimentarios serán fundamentales para la transformación hacia sistemas alimentarios justos, saludables y resilientes. La transformación de los desarrollos agroindustriales insostenibles y la detención de las conversiones del uso de la tierras en las tierras y aguas consuetudinarias de los pueblos indígenas y las comunidades locales requiere cambios sistemáticos a lo largo de la totalidad de los sistemas alimentarios, incluso mediante la planificación estratégica del uso de la tierra; la mejora de la diversidad biológica y los valores de los ecosistemas en todos los paisajes; la recuperación de las tradiciones alimentarias y los valores del patrimonio cultural; y la adopción de medidas para reducir el consumo de alimentos altamente procesados entre los pueblos indígenas y otros consumidores rurales y urbanos. Con los sistemas alimentarios de todo el mundo estirados al máximo, y las amenazas de hambrunas inminentes vinculadas a las pandemias actuales y futuras, los sistemas alimentarios serán una frontera de cambio hacia sistemas alimentarios diversos y resilientes y hacia economías locales.

Los componentes clave de la transición incluyen:

  • Integrar políticas alimentarias que aborden de manera holística todos los aspectos de los sistemas alimentarios.
  • Asegurar la soberanía alimentaria, la seguridad alimentaria local y reformar la gobernanza.
  • Adoptar la agroecología.
  • Adoptar enfoques sistémicos, en lugar de aplicar soluciones técnicas limitadas.
  • Asegurar el acceso a la tierra y asegurar la tenencia de la tierra.
  • El apoyo de políticas y financiamiento para iniciativas alimentarias de base, como bancos comunitarios de semillas, cooperativas, innovaciones tecnológicas y prácticas de manejo indígena.

5ᵃ Parte: Contribuciones de los pueblos indígenas y las comunidades locales a la visión para 2050

Caminando hacia el futuro siguiendo los pasos de nuestros ancestros

Los pueblos indígenas y las comunidades locales mantienen relaciones culturales de afirmación de la vida con la naturaleza como algo fundamental para el futuro de la misma. La diversidad cultural va de la mano con la diversidad biológica, ya que los seres humanos vivimos nuestra vida cotidiana en diversos ecosistemas. Gran parte de la diversidad biológica que queda en el mundo en las tierras y aguas de los pueblos indígenas y las comunidades locales se ha nutrido y mantenido a través de las distintas relaciones de dichos pueblos y comunidades con la naturaleza. Para asegurar la custodia continua de los territorios y recursos de las comunidades indígenas y locales, es necesario que los Estados reconozcan y garanticen legalmente la seguridad de la tenencia colectiva de la tierra de las comunidades indígenas y las comunidades locales, y respeten la continuidad de sus prácticas e instituciones de gobernanza.

El año 2020 se planificó como un «super año» para la naturaleza y la diversidad biológica, incluida la adopción de una nueva estrategia mundial de diversidad biológica orientada al futuro hasta 2050 en la decimoquinta reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP-15) en China. Un apretado calendario de procesos y eventos sobre la diversidad biológica ha sido dominado y sobrepasado por la pandemia del COVID-19, un evento que revela múltiples interacciones y una profunda fragilidad sistémica tanto en los sistemas humanos como en los naturales. La frecuencia cada vez mayor de pandemias y nuevas formas de enfermedades zoonóticas (las que pueden transmitirse de los animales a los seres humanos) causadas por los coronavirus y otros vectores pone de relieve los desequilibrios en nuestras relaciones con la naturaleza, que deben abordarse más allá del marco temporal inmediato de la actual emergencia de salud. Un rápido «retorno a la normalidad», con sus múltiples desequilibrios y vulnerabilidades en los sistemas de salud humana, los sistemas alimentarios, los sistemas económicos y comerciales, los sistemas financieros y los sistemas sociales y políticos, podría profundizar nuestra crisis de salud y planetaria.

Los problema sistémicos e interrelacionados desafían la humanidad a explorar nuevos caminos hacia la visión de vivir en armonía con la naturaleza, para el año 2050 y más allá. La estrategia de biodiversidad para 2050 debe prever un futuro que se aleje radicalmente del «corto plazo» de los retornos rápidos y que, en su lugar, conduzca a soluciones holísticas a largo plazo.

Las seis transiciones identificadas por los pueblos indígenas y las comunidades locales como vías críticas de transformación, en diversas formas de saber y ser, en la seguridad de la tenencia de la tierra, en la gobernanza inclusiva, en la financiación y los incentivos responsables, en las economías sostenibles y en los sistemas alimentarios locales, se han convertido ahora en imperativos para la transformación de los sistemas sociales, culturales, económicos, políticos y tecnológicos en decadencia.

Estas transiciones son visiones intergeneracionales que honran las lucha históricas y la sabiduría de las generaciones pasadas, que se basan en la experiencia y las innovaciones de las generaciones vivas de hoy, y que incorporan el legado y las esperanzas de las generaciones futuras.

Las historias y experiencias compartidas en esta publicación son únicamente una muestra de innumerables acciones realizadas por los pueblos indígenas y las comunidades locales a lo largo del planeta. El apoyo de los gobiernos y otros actores a las acciones colectivas de los pueblos indígenas y las comunidades locales podría estimular asociaciones estratégicas para el cambio, y permitir que los pueblos indígenas y las comunidades locales multipliquen sus contribuciones a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, la mitigación y la adaptación al cambio climático y al desarrollo sostenible.

Todos somos los ancestros futuros, desafiados para renovar la Tierra para las generaciones futuras. Este es el esfuerzo conjunto de la humanidad para salvar nuestro hogar común.